jueves, 22 de octubre de 2009


COMPARACIÓN DE RESIDUALIDAD CON NORMATIVA INTERNACIONAL

En el mercado internacional, la mora de castilla (Rubus glaucus Benth) se encuentra dentro del grupo de las Blackberries, para las cuales el control fitosanitario está dado bajo un grupo específico de compuestos activos con los respectivos periodos de carencia y tolerancias.

Se reportó presencia de Clorotalonil, con una concentración máxima de 2.78 ppm (mg/kg) y trazas de clorpirifos y dimetoato, ingredientes activos organofosforados, cada uno en predios diferentes.

Con relación al ingrediente activo Clorotalonil, éste no se encuentra contemplado para el grupo de las Blackberries en la legislación de Estados Unidos y del Codex Alimentarius, mientras que en la Legislación Europea y Japonesa tiene una tolerancia de 10 ppm (mg/kg) y en la Canadiense de 0.1 ppm (mg/kg).

De igual manera, el ingrediente activo Clorpirifos no presenta tolerancia en la Legislación de Estados Unidos y del Codex Alimentarius, pero en la Legislación Europea presenta una tolerancia de 0.5 ppm (mg/kg), en Japón 1 ppm (mg/kg) y en Canadá 0.1 ppm (mg/kg). De este producto se detectaron trazas en la muestra proveniente de Villamaría.

El ingrediente activo Dimetoato, sólo se encuentra contemplado bajo la Legislación Europea, con una tolerancia de 0.02 ppm (mg/kg).

lunes, 19 de octubre de 2009

Residualidad de Agroquímicos

En la práctica se contemplan los residuos como los restos de la molécula original y solo en algunos casos se tienen en cuenta algunos metabolitos, sea porque no presentan alto grado de toxicidad o porque aún no se han valorado químicamente los mismos.
De acuerdo con Rico y Burgart-Sacaze (1989), citado por Coscolla (1993), se pueden identificar tres tipos de residuos desde el punto de vista analítico:

2.1.1 La sustancia activa y sus metabolitos primarios libres. Son aquellos metabolitos que estructuralmente son próximos a la molécula original; al igual que la sustancia activa son de carácter lipófilo y por tanto se extraen con disolventes apolares. Dada su característica de forma libre, ofrecen alto riesgo de toxicidad directa.

2.1.2 Productos conjugados de la materia activa o sus metabolitos. Su naturaleza química es variada y generalmente son hidrosolubles, por tanto son extraíbles con agua o solventes polares. Dado que son biodisponibles también pueden ofrecer riesgos de toxicidad.

2.1.3 Metabolitos ligados covalentemente. Son químicamente estables e insolubles y no extraíbles, solo se han detectado por medio de estudios en los cuales se marcan con radioisótopos. Dada su característica de estabilidad, estos metabolitos son poco biodisponibles, por lo cual su nivel de toxicidad es considerado bajo.

2.2. MÉTODOS DE ANÁLISIS Y EXPRESIÓN DE LOS RESIDUOS

De acuerdo con lo dispuesto por el Codex Alimentarius, los análisis de residualidad deben realizarse por medio de métodos analíticos que permitan mayor grado de exactitud en las medidas. La cromatografía de gases acoplada a detectores específicos para cada grupo de plaguicidas se ha constituido en el método más utilizado para llevar a cabo dichos análisis; sin embargo, dadas las exigencias en cuanto a niveles de detección cada vez más exactos, la cromatografía de gases acoplada a detectores de P, S, N, Cl, ofrece mayor grado de reproducibilidad, límite de detección de hasta partes por billón y especificidad al tener la capacidad de arrojar resultados multiresiduos en una misma muestra, por lo cual es quizás la de mayor uso en los últimos años.

Cuantitativamente los residuos de plaguicidas se expresan generalmente en proporción en peso, es decir, en miligramos de residuo por kilogramo de producto (mg/kg) equivalente en partes por millón (ppm). La expresión de los resultados de estos análisis es de gran importancia a la hora de establecer comparaciones con estándares internacionales, ya que pueden ir expresados como residuos únicamente del compuesto activo original, como restos del compuesto original y sus metabolitos por separado o como residuo de un metabolito concreto, dependiendo del nivel de toxicidad encontrado.

Contaminación Química de los Alimentos







Los agentes químicos, generalmente son sustancias que intervienen en la producción de los alimentos y son susceptibles de determinar un riesgo para la salud de los consumidores al encontrarse en niveles excesivos. En este grupo se destacan los agroquímicos, considerados indispensables en la producción agrícola moderna, como una herramienta eficaz para controlar enfermedades, insectos, malezas y otros organismos que interfieren en la producción de los mismos. Se dividen en dos grandes grupos: los plaguicidas y los nutrientes vegetales y/o reguladores de crecimiento.

Los plaguicidas son sustancias venenosas encargadas de destruir cualquier organismo vivo que represente riesgo para la cosecha de los productos agrícolas. Se subdividen en diferentes categorías: insecticidas, fungicidas, herbicidas, rodenticidas, acaricidas y nematicidas. Por tanto, requieren tener un efecto tóxico máximo sobre una plaga y un efecto mínimo sobre el ser humano. Sin embargo en pruebas prolongadas, estos compuestos pueden ser persistentes, es decir, se degradan lentamente y se concentran biológicamente en el producto vegetal, en el ambiente (suelo, agua, aire) o en organismos diferentes a los que se intenta erradicar. (Coscolla, 1993).

De acuerdo con el Codex Alimentarius, los residuos de plaguicidas son “todas aquellas sustancias presentes en un producto alimenticio destinado al hombre o a los animales como consecuencia de la utilización de un producto fitosanitario”. Por tanto, el concepto de residualidad abarca, no solo los restos de la molécula original del plaguicida, sino todos los metabolitos originados por reacción, conversión y/o degradación con significación toxicológica.

El Límite Máximo de Residualidad (LMRs) es la concentración de plaguicida encontrada en un producto vegetal específico, el cual no ejerce peligro para el consumidor y por tanto, es aceptado por los diferentes organismos de control de alimentos, teniendo en cuenta que son establecidos de acuerdo a investigaciones desarrolladas en especies animales a nivel de laboratorio (ratas, perros, etc), las cuales son expuestas a la sustancia química por un periodo de tiempo prudencial y los resultados extrapolados al ser humano.

Sin embargo, estos valores varían según el criterio de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) manejado en cada sistema productivo y al producto vegetal expuesto. Por lo anterior, estos criterios difieren de un país a otro.

La calidad en los alimentos

La imposición de reglas de juego cada vez más estrictas en el agrocomercio internacional involucra tanto a los productos alimenticios primarios como procesados, lo cual tiene serias implicaciones en los diversos procesos productivos, así como en las estructuras de las empresas agrícolas y agroindustriales.

La importancia de generar productos inocuos radica en la posibilidad de comercializarlos con un debido margen de certeza sobre su procedencia y calidad sanitaria, lo cual se traduce en un alto grado de confianza por parte de los consumidores hacia los productos que adquieren. Sin duda alguna, el trinomio Inocuidad – Calidad – Medio Ambiente marcan las reglas de juego para el comercio internacional agroalimentario actual (ALADI, 2000).

De acuerdo con la norma ISO 9000, la calidad es “el conjunto de propiedades y características de un producto o servicio que le confiere la aptitud para satisfacer las necesidades de los usuarios”. Sin embargo, con relación a la calidad en los productos agroalimentarios, la FAO considera que es una característica compleja que determina el valor y la aceptabilidad por parte de los consumidores. Por tanto, el aseguramiento de la calidad en los alimentos se basa en tres principios fundamentales: características propias del alimento, calidad de uso y servicio y calidad psicosocial o subjetiva.

La calidad relacionada con las características del alimento, se fundamenta en producir alimentos con calidad higiénica/inocuidad, calidad nutricional y calidad organoléptica.

Calidad higiénica/inocuidad: Garantiza la ausencia de microorganismos patógenos y ausencia de contaminantes químicos como residualidad de plaguicidas, metales pesados y micotoxinas.

Calidad nutricional: Asegura el aporte de los macro y micronutrientes esenciales en cada uno de los productos alimenticios, por los cuales son atractivos para el consumidor.

Calidad organoléptica: Garantiza la ausencia de defectos en sabor, consistencia, color y aroma por la acción de agentes físicos, químicos y biológicos.

La Calidad de uso o servicio, consiste en satisfacer necesidades explícitas del consumidor, resumidas en la facilidad de uso del producto, aptitud para su conservación y oportunidad del mismo.

La Calidad psicosocial o subjetiva, se encuentra definida en función de las necesidades del usuario, implícitas o explícitas, es por tanto influenciada por principios, valores, aspectos culturales, éticos y religiosos de los individuos. Dependiendo de estos aspectos, los consumidores pueden elegir comprar productos por las características relacionadas, no solo con los atributos del producto como sabor, apariencia, consistencia y olor, sino con los atributos del proceso relacionado con la producción, manipulación y procesamiento como son las Buenas Prácticas de Producción, Manufactura e impacto ambiental.